«Este libro se compone de ideas, imágenes y citas anotadas a vuelapluma para su posible uso futuro en ficciones de misterio. Solamente unas pocas son, de hecho, tramas desarrolladas; la mayor parte consiste en meras sugerencias o en impresiones arbitrarias destinadas a mantener en activo la memoria o la imaginación. Sus fuentes son diversas: sueños, lecturas, encuentros casuales, divagaciones, etcétera», nos avisa Lovecraft al principio de este libro singular. Entre 1919 y 1934, el gran maestro del terror y la ciencia ficción fue apuntando las entradas que conforman este Cuaderno de ideas, en el que esbozó algunos argumentos que le servirían de génesis para su obra narrativa. Tras su muerte, Robert H. Barlow, su amigo y albacea, fundó una pequeña editorial, The Futile Press, con la intención expresa de publicar dichos apuntes, los cuales se inscriben en la tradición de los commonplace books, al estilo de los que escribieran el filósofo John Locke y el poeta John Milton en la Inglaterra del siglo XVII o, más adelante, en el siglo XIX, en Italia, Giacomo Leopardi. Cuaderno de ideas es un viaje apasionante por un paisaje literario aún por inventar.