Sentado a la mesa, Mauricio tiene ante sí un plato de sopa de letras. Este es el punto de partida de esta historia, la historia de un día normal en una vida normal. Pero de repente, ante Mauricio se crea una nueva perspectiva, apasionante para él y para su esposa Julia; absolutamente mundana para todos los demás. Desde ese preciso momento, con el plato todavía humeante, algo cambia. Todo sigue igual pero nada es lo mismo. Todo puede ser mucho mejor. Aunque Mauricio y Julia no tienen todo el tiempo del mundo. ¿Se habrá enfriado demasiado la sopa de letras?