DE OÑATE A LA GRANJA hace referencia a los dos polos que fijan la acción política de una España embarcada en la Primera Guerra Carlista: la Corte del Pretendiente, «,capital del estado absolutamente absoluto», y el Real Sitio donde permanece la legítima Isabel II, escenario del «,Motín de los Sargentos», de 1836 que restaura fugazmente la Constitución de 1812.