¿Qué necesitas hacer para dejar de pensar y no tener más pensamientos?
¡Nada!
Eres la presencia silenciosa que ocasionalmente se entretiene con pensamientos.
Tu verdadera naturaleza es cero pensamientos.
Pero dado que en un estado de encantamiento y condicionamiento es difícil reconocer la verdadera naturaleza de uno (pacífica y silenciosa), uno debe aprender a pensar de manera diferente.
Piensa poco en lugar de pensar demasiado.
Piensa bien en lugar de pensar mal.
Pensar demasiado y mal significa: quejarse, preocuparse constantemente, verlo todo de manera negativa, tener siempre dudas, temer lo inesperado, vivir en ansiedad, etc.
Todos nos hemos quejado a veces, y todos nos hemos preocupado al menos una vez en nuestras vidas.
Esta actividad, cuando se vuelve excesiva, puede conducir a un pensamiento desenfrenado, alarmismo, neurosis, paranoia. En resumen, nos empuja a pensar demasiado y a pensar mal.
La melancolía es una forma de pensamiento discursivo, a menudo acompañado de emociones negativas, que conduce a todo menos a encontrar una solución.
Rumiar (y quejarse) puede definirse como "el análisis del problema, incluso si hay soluciones disponibles".
La melancolía puede ser sobre el pasado y/o el futuro. De ello se deduce que quienes rumian (y oscilan entre pasado/futuro) nunca permanecen en el presente.
En otras palabras, cuando piensas demasiado (e incorrectamente) no ves la realidad de los hechos, y la solución se esconde bajo un mar de problemas innecesarios.
En este libro hay algunos trucos sencillos para pensar menos (y mejor).
Después de una breve parte práctica, haremos un estudio en profundidad sobre la diferencia entre pensar bien y pensar mal.
¡Nada!
Eres la presencia silenciosa que ocasionalmente se entretiene con pensamientos.
Tu verdadera naturaleza es cero pensamientos.
Pero dado que en un estado de encantamiento y condicionamiento es difícil reconocer la verdadera naturaleza de uno (pacífica y silenciosa), uno debe aprender a pensar de manera diferente.
Piensa poco en lugar de pensar demasiado.
Piensa bien en lugar de pensar mal.
Pensar demasiado y mal significa: quejarse, preocuparse constantemente, verlo todo de manera negativa, tener siempre dudas, temer lo inesperado, vivir en ansiedad, etc.
Todos nos hemos quejado a veces, y todos nos hemos preocupado al menos una vez en nuestras vidas.
Esta actividad, cuando se vuelve excesiva, puede conducir a un pensamiento desenfrenado, alarmismo, neurosis, paranoia. En resumen, nos empuja a pensar demasiado y a pensar mal.
La melancolía es una forma de pensamiento discursivo, a menudo acompañado de emociones negativas, que conduce a todo menos a encontrar una solución.
Rumiar (y quejarse) puede definirse como "el análisis del problema, incluso si hay soluciones disponibles".
La melancolía puede ser sobre el pasado y/o el futuro. De ello se deduce que quienes rumian (y oscilan entre pasado/futuro) nunca permanecen en el presente.
En otras palabras, cuando piensas demasiado (e incorrectamente) no ves la realidad de los hechos, y la solución se esconde bajo un mar de problemas innecesarios.
En este libro hay algunos trucos sencillos para pensar menos (y mejor).
Después de una breve parte práctica, haremos un estudio en profundidad sobre la diferencia entre pensar bien y pensar mal.