Este es un libro de teoría política, sobre varios aspectos de la democracia y el estado, en sí mismos y en sus relaciones. Su punto de partida es la creencia del autor de que esas relaciones son tan importantes como relativamente ignoradas y que, a su vez, su examen lleva a dar algunas nuevas miradas tanto a la democracia como al estado. El argumento básico es que la democracia, incluso en su versión limitada (como democracia política), presupone la concepción del ser humano como un agente que ha logrado, a través de procesos históricos que han variado a lo largo del tiempo y el espacio, el título de ser reconocido y legalmente respaldado como portador de derechos a la ciudadanía (no sólo política, sino también civil, social y cultural). Es así el microfundamento que enraíza los aspectos empíricos y normativos de la democracia. Ese enraizamiento repercute fuertemente, aunque no siempre de manera visible, sobre la democracia, el estado y sus interrelaciones. Hay que decir, además, que éste es un libro moral y políticamente motivado, orientado por la preocupación que despiertan las falencias de las democracias contemporáneas y las crueles realidades sociales que subyacen a ellas.