La sanción de la Ley 26.571 de reducción de la mayoría de edad de 21 a 18 años de edad significó el fruto de un trabajo realizado con inagotable entusiasmo por innumerable cantidad de personas durante un largo tiempo. Personas reunidas por un denominador común: entender a la juventud como un sector positivo y dinámico de cambio. Quienes además vivimos nuestra propia juventud en la militancia social y política, palpitamos las cuestiones atinentes a la misma con especial sensibilidad toda la vida. La sanción de esta ley tuvo entonces una significación especial. Esta ley brinda herramientas a los jóvenes para que avancen en su propio desarrollo individual, afirmando así su personalidad. Albert Camus, en su libro Moral y Política, decía: la juventud necesita que se la provea de afirmaciones para poder afirmarse ella misma. El tiempo de juventud genera incertidumbre porque es tiempo de transición: transición del fin de la escolaridad al mundo del trabajo, transición de la salida del hogar a la vida de pareja, transición entre la madurez biológica y la madurez social.