El propósito del management de una empresa es crear riqueza, es decir, añadir valor a la firma para que la empresa pueda sobrevivir en el tiempo. Una empresa deficitaria necesita permanentemente recursos y no es sostenible en el largo plazo. Para comprender este proceso es fundamental conocer el valor de la empresa. ¿Qué es valor? Si nos referimos a bienes, es lo que una persona está dispuesta a pagar por él. El precio es lo que verdaderamente se paga en la transacción. Es habitual que el valor no coincida con el precio. Para un comprador, habrá acuerdo siempre que el precio sea inferior al valor, mientras que para un vendedor el precio es el que debe ser superior al valor. ¿Cómo se calcula ese valor? Desde un punto de vista lógico, el valor de un bien estaría relacionado con su productividad futura. Cualquier persona estaría dispuesta a pagar por adelantado lo que un bien podría producir. De esta forma, podemos considerar que los principales drivers en la creación de valor se encuentran en la capacidad de los activos para generar flujos futuros de caja. Así, el valor de un activo será el valor actual neto de sus flujos de caja esperados.