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El periodo que Fernando Fernán Gómez transcurrió en Roma para trabajar en el rodaje de la película La conciencia acusa del director checo Pabst marcó el futuro cinematográfico y personal de quien llegó a convertirse en uno de los intelectuales españoles más respetados y queridos de todos los tiempos. Los encuentros con los más celebrados artistas y las estrellas del cine de la época, la contagiosa euforia de la Roma de la posguerra (en contraste con la sofocante atmósfera de la dictadura franquista en España) y el aire internacional y mundano de la capital italiana dejaron una profunda huella…mehr

Produktbeschreibung
El periodo que Fernando Fernán Gómez transcurrió en Roma para trabajar en el rodaje de la película La conciencia acusa del director checo Pabst marcó el futuro cinematográfico y personal de quien llegó a convertirse en uno de los intelectuales españoles más respetados y queridos de todos los tiempos. Los encuentros con los más celebrados artistas y las estrellas del cine de la época, la contagiosa euforia de la Roma de la posguerra (en contraste con la sofocante atmósfera de la dictadura franquista en España) y el aire internacional y mundano de la capital italiana dejaron una profunda huella en el joven Fernán Gómez, que quiso inmortalizar esa etapa vital y artística alegre y fecunda en un diario que en parte fue originariamente publicado por entregas en la hoy desaparecida Revista Internacional de Cine y que en estas páginas se rescata para ofrecer al lector la faceta más íntima e informal del gran cineasta. El libro, publicado para conmemorar el centenario de su nacimiento, incluye también el poemario A Roma por algo, nacido de la misma experiencia romana que dio a luz el diario
Autorenporträt
Fernando Fernán Gómez (1921-2007), nacido en Lima, fue actor, guionista, director y escritor, además de una de las personalidades más populares y carismáticas de su tiempo. Ganador del Oso de Plata del Festival Internacional de Cine de Berlín en 1976 por su interpretación en El anacoreta, y del Premio Lope de Vega en 1978 por su obra teatral Las bicicletas son para el verano, recibió además el reconocimiento del Premio Príncipe de Asturias de las Artes por una vida dedicada a la cultura. En el año 2000 ingresó en la Real Academia Española con el célebre discurso «La aventura de la palabra».