Se publica por primera vez el diario que Juan Larrea comienza a escribir durante su exilio en México y que abarca el periodo comprendido entre la primavera de 1940 y agosto de 1947, unos años esenciales en su trayectoria vital y creativa. El manuscrito consta de 170 folios que aportan nuevos datos de la vida de Larrea y son una fuente premonitoria de inspiración y fundamento de su tesis mesiánica que apela al legado religioso de la Biblia, el Apocalipsis y los heterodoxos. Frente al conocido libro Orbe, el diario representa la búsqueda de una vida superior a la cual el poeta aspira. El clima adivinatorio de estos textos empapa los hechos más nimios de su vida diaria en un halo de espiritualidad. Permiten entender además la atmósfera creativa en la que se gesta su libro Rendición de Espíritu (1943), escrito durante su estancia en México, y al que alude en la parte final de estas páginas.