Dinamarca, a la vanguardia del diseño y las nuevas tecnologías, ha sabido combinar tradición y modernidad, sencillez y originalidad. Aunque su historia está ligada desde hace mucho tiempo a la de sus vecinos escandinavos, sigue existiendo una auténtica identidad danesa, encaprichada con las sagas vikingas y la historia de la monarquía. Da gusto vivir en un país donde los atascos, los cláxones y la contaminación son palabras desterradas del vocabulario, y donde los peatones y los ciclistas son los reyes. Por su parte, las islas Feroe son un archipiélago formado por dieciocho islotes perdidos en el Atlántico Norte, un paraíso escondido entre fiordos y montañas, donde el hombre, rodeado de miles de ovejas y aves, ocupa un lugar muy discreto.