Y para ello necesitamos encarnar en nosotros las características divinas que Jesucristo nos mostró para continuar con Su ministerio en este mundo.
Jesús murió para que pudiéramos vivir, y ahora debemos morir al pecado para que Jesús pueda vivir en nosotros.
Para ello se necesita oración y vigilancia en todo momento.
Si no nos volvemos santos, no estaremos disponibles para el espíritu santo.
Dios nos habla a través del Espíritu Santo.
Y si estamos disponibles, el consejero que Jesús nos envió vendrá a nuestro corazón para guiarnos y protegernos para que podamos vivir y trabajar como uno más de Sus discípulos divinamente inspirados que pueden marcar la diferencia en este mundo desafiante.
Dieser Download kann aus rechtlichen Gründen nur mit Rechnungsadresse in A, B, CY, CZ, D, DK, EW, E, FIN, F, GR, H, IRL, I, LT, L, LR, M, NL, PL, P, R, S, SLO, SK ausgeliefert werden.