Dado que la obra arquitectónica debe ser concebida como un todo formal, funcional y técnico, la Estructura, tomada como una de esas partes indivisibles de la misma, debe considerarse desde el inicio de su concepción hasta su materialización. Se debe adquirir una cierta capacidad para poder comprender y relacionar las cargas aplicadas y los esfuerzos resultantes y, a partir de esto, diseñar la estructura óptima. Además, es preciso reconocer que, el conocimiento, la intuición, el razonamiento y la creatividad son ingredientes básicos del proceso de diseño estructural. Es por ello que esta obra está dividida en tres grandes partes, en la primera se tratan las causas, condiciones y características del diseño estructural, de esta forma se consideran las acciones sobre la construcción: cargas, fuerzas, vínculos, resistencia de materiales y características geométricas. La segunda, describe y analiza el comportamiento de elementos lineales simples bajo los diferentes esfuerzos y, en una tercera, se presenta un panorama completo de las posibilidades formales y espaciales en función de los diferentes tipos estructurales, incluidos el suelo y las fundaciones, que brindarán mayor claridad respecto a la concreción de la obra, posibilitando de ese modo una mayor libertad en el diseño.