Con los avances en la ciencia y en distintas áreas relacionadas con la salud se ha abierto la posibilidad de vivir una nueva etapa de la vida plena y feliz después de los 60 años de edad. Previniendo con hábitos sanos y detectando a tiempo las enfermedades crónico degenerativas que pudieran aparecer con la edad se puede conseguir tener una vida activa y llena de satisfacciones. Los geriatras tienen la labor de cambiar la concepción de la vejez para ver cada vez a más adultos activos, con buena calidad de vida y con menos enfermedades crónico-degenerativas o más de éstas en buen control. La falta de detección y la detección tardía de los padecimientos llevan a complicaciones que pueden conducir a la pérdida de actividad e independencia, con presencia de polipatología y múltiples síndromes geriátricos. Los cambios por el envejecimiento, la carga genética y las agresiones ambientales favorecen con los años la aparición de los ya mencionados síndromes geriátricos. Por su naturaleza multifactorial y el riesgo que implican para la aparición de otros padecimientos y síndromes geriátricos es indispensable saber detectarlos y manejarlos oportunamente para asegurar el bienestar y la autonomía de los pacientes.