Mi rubia oscura Kirsten, mi esposa de 1,75 m de altura, sigue siendo una verdadera fiesta para los ojos incluso a los 36 años. Tiene unas piernas largas e interminables, una cara muy bonita y abierta y después del nacimiento de nuestra hija también ha vuelto muy rápidamente a su talla 38 original. Todo su cuerpo, pero sobre todo su pecho no demasiado grande, sino redondo y firme (tapa B-Copa) son como siempre firmes y suaves. Kirsten corre regularmente y va al gimnasio dos veces por semana con un amigo. Desafortunadamente, yo tampoco lo hice muy bien porque mi estresante trabajo no me da tiempo para hacer demasiados deportes. Rara vez puedo ir más allá de la ronda mensual de bádminton con dos yeguas viejas. Desafortunadamente, a pesar de mi altura de 1,84 m, tengo 10 kilos de sobrepeso desde que dejé de fumar hace seis años. A Kirsten no parece importarle, al menos no se ha quejado todavía. Mi matrimonio con Kirsten es muy feliz, al menos desde mi punto de vista. Hablamos muy poco y no hay problemas financieros ni de otro tipo. Nunca hice trampa todos estos años (mi trabajo no me dio tiempo) y no creo que Kirsten tampoco lo hiciera. Como con muchas parejas, sin embargo, nuestra vida sexual ha sufrido un poco por el estrés de mi trabajo y todas las demás tareas en el hogar y el niño. A veces puede tomar unas semanas sin que tengamos sexo. Pero cuando dormíamos juntos, siempre era genial.
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