3,99 €
inkl. MwSt.
Sofort per Download lieferbar
  • Format: ePub

- Esta edición es única; - La traducción es completamente original y se realizó para el Ale. Mar. SAS; - Todos los derechos reservados.
Para entender el concepto con el que el sexo es considerado por el filósofo esotérico, debemos recordar que el mundo conocido por él es siete veces más complejo que el conocido por el filósofo exotérico. Para el primero, en efecto, el mundo físico no es más que uno de los siete planos de manifestación y los fenómenos físicos que conocemos como sensualidad no son más que un aspecto de una fuerza que actúa en los siete planos de manifestación. Además, la…mehr

Produktbeschreibung
- Esta edición es única;
- La traducción es completamente original y se realizó para el Ale. Mar. SAS;
- Todos los derechos reservados.

Para entender el concepto con el que el sexo es considerado por el filósofo esotérico, debemos recordar que el mundo conocido por él es siete veces más complejo que el conocido por el filósofo exotérico. Para el primero, en efecto, el mundo físico no es más que uno de los siete planos de manifestación y los fenómenos físicos que conocemos como sensualidad no son más que un aspecto de una fuerza que actúa en los siete planos de manifestación. Además, la ciencia esotérica ya está reconociendo que el sexo también tiene un aspecto emocional además del físico. La Ciencia Exotérica afirma, sin embargo, que además de los habitualmente reconocidos, existen también, aspectos mentales y espirituales y que la sexualidad se manifiesta de forma diferente en cada plano, funcionando según las Leyes de ese plano. El estudioso del esoterismo no utiliza la palabra "sexo" como nosotros, sino que emplea la palabra "fuerza vital", que concibe como una energía vibratoria radiante y magnética, similar a la electricidad. La fuerza vital es una fuerza que debemos considerar sagrada. El individuo a través del cual se manifiesta esta fuerza debe, por tanto, considerarla como un almacén sagrado, que le corresponde administrar, según los propósitos de la propia Vida divina. Esta fuerza vital es la que mantiene todo lo existente, preservando las fuerzas vivas de las fuerzas desintegradoras que tienden constantemente a devolver toda sustancia especializada a su condición primitiva. La primera función de la fuerza vital es precisamente mantener lo que tiene forma en la manifestación y mantenerlo en el nivel alcanzado a través de la evolución; se conoce como "Preservar la vida" y se concibe como una unidad. Sin embargo, también tiene una segunda tarea: la creación de nuevas formas y, para ello, debe funcionar en polaridad como una dualidad, con un aspecto positivo y otro negativo. Y es a esta fase de la actividad vital a la que se refiere el concepto esotérico de sexo. Para el mantenimiento de la vida, una fuerza es suficiente, pero para cualquier forma de creación se necesitan dos fuerzas, una de las cuales tiende a expandirse hasta alcanzar un estado de equilibrio, mientras que la otra es inerte, potencial y espera un estímulo. Esta última sería la forma femenina, mientras que la primera, que sería la fuerza masculina, puede compararse con la chispa eléctrica que libera la energía latente de la forma femenina. El estudioso esotérico llama a estas dos fuerzas: positiva y negativa, masculina y femenina. La fuerza positiva, o masculina, es el estímulo; la fuerza negativa, o femenina, por medio de su energía latente, realiza el trabajo real de la creación bajo la influencia del estímulo masculino, volviéndose inmediatamente impotente de nuevo cuando el impulso de ese estímulo cesa. Siempre que se produce esta acción y reacción, ya sea en el ámbito mineral o en el mundo del pensamiento.