La cabeza de Luis XVI ha sido cercenada por la siniestra guillotina, la profunda emoción que ese hecho ha causado no solo en Francia, sino también en el mundo entero, no ha servido para calmar a los exaltados de la revolución. El instinto popular desencadena ahora sus iras contra María Antonieta. El Caballero de Casa Roja, hace esfuerzos desesperados por salvar a la reina. Pero sus días están contados y su cabeza sera la próxima en caer al suelo ensangrentado de París.