No una ni dos, sino que fueron diez las veces que el Señor se le presentó a Choo Thomas en un mes, y la llevó a un viaje impresionante. He aquí una historia personal de cómo la autora vio al Cristo viviente, visitó el infierno y caminó en el cielo. Los lectores podrán compartir las experiencias de Choo Thomas, además de sentir el crecimiento de la maravilla de la presencia del Señor, el peso de sus tiernas palabras y beber del Espíritu de Dios. "El 19 de enero de 1996, me desperté a las tres de la mañana. Mi cuerpo temblaba. Recostada sobre la almohada, volteé la cabeza para mirar en dirección hacia el sonido, y allí, toda resplandeciente, se hallaba una figura con vestiduras blancas. Era el Señor..." Este inolvidable mensaje hará que en su corazón se origine asombro e inquietud, conforme va descubriendo la belleza y la realidad ¡del cielo!