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El concepto de ego se asocia con frecuencia a rasgos negativos del psiquismo: egocentrismo, egoísmo, egolatría... Esto resalta la pobre opinión que tenemos de nosotros porque, a fin de cuentas, "ego" significa yo. Así que esta concepción negativa del yo solo1 puede conducirnos a la represión o a la renuncia de ser nosotros mismos. Por eso Antonio Blay propone el término "personaje" para referirse al "ego", diferenciándolo claramente del "yo". Pero hace algo más: presenta el personaje como un accidente sobrevenido en el proceso de socialización del individuo, algo que no es inherente a la…mehr

Produktbeschreibung
El concepto de ego se asocia con frecuencia a rasgos negativos del psiquismo: egocentrismo, egoísmo, egolatría... Esto resalta la pobre opinión que tenemos de nosotros porque, a fin de cuentas, "ego" significa yo. Así que esta concepción negativa del yo solo1 puede conducirnos a la represión o a la renuncia de ser nosotros mismos. Por eso Antonio Blay propone el término "personaje" para referirse al "ego", diferenciándolo claramente del "yo". Pero hace algo más: presenta el personaje como un accidente sobrevenido en el proceso de socialización del individuo, algo que no es inherente a la naturaleza humana, sino que ha sido inducido en la mente de una manera artificial. Por lo tanto, la supuesta limitación, el pecado original, se puede objetivar y eliminar. Jordi Sapés ofrece en esta obra una visión completa del concepto de personaje: su génesis, su estructura y la fuerza hipnótica que nos lleva a identificarnos con él. Pero también la manera de escapar de su influencia mediante un ejercicio metódico que puede significar el primer paso real hacia la libertad y la autorrealización.
Autorenporträt
Jordi Sapés de Lema. Nacido el 18 de febrero de 1951. Licenciado en Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales por la Universidad de Barcelona. En 1980 conoce a Antonio Blay, de quien será alumno hasta su partida. Su experiencia se desarrolla en torno al conflicto aparente entre la vivencia de lo superior y la dinámica del mundo cotidiano. Este le lleva a considerar el trabajo espiritual como algo práctico, profundamente inserto en la vida cotidiana, y a desarrollar ejercicios específicos para facilitarlo. A partir de 1990 tutela a personas interesadas en este camino. Incorpora a algunos de sus alumnos a esta labor y en 2010 funda con ellos la Asociación para el Desarrollo de la Conciencia y la Autorrealización.