Esta es un relato erótico breve sobre una mujer que no quiere ir de restaurante y prefiere que se la follen.«Él cierra la puerta tras ellos, la agarra por la cintura y la atrae hacia sí, recorriéndole con la mano la parte interna del muslo. Esto es suficiente para acabar de encenderla. Se levanta la falda, se baja las medias y deja que la incline sobre el lavabo. El hombre le agarra el trasero y le acaricia con dos de sus dedos los labios vaginales, de atrás hacia adelante, en dirección al clítoris. El placer se va propagando por todo su cuerpo como el fuego.»Cuando se abre un nuevo bar en el barrio, siente que tiene que visitarlo y recupera la pasión de la mano de un desconocido con traje. Sus sentidos se despiertan con el familiar aroma del sándalo y las olivas, y su mundo se ve envuelto en una bruma rosada. Ir al bar a coquetear con el desconocido en lugar de volver a casa con su esposo se convierte para ella en una adicción.-