Esta es la historia, en clave poética, de una mujer que, para no perderse, decide jugar a romper huracanes con los dedos mientras los introduce en el centro exacto de un hombre que se le aparece en forma de árbol, de isla segura, de tiempo en el que parece no existir el hambre.
Esta es la historia de una herida que parece sanarse cuando las ramas del hombre árbol la abrazan hasta inventar un nuevo color para el oxígeno.
Una historia de besos y de copas, de lunares dejados a la luz hasta secarse, de costillas que vuelven a nacer tras una fractura de rutina.
No tiene por qué ser para siempre.
Esta es la historia de una herida que parece sanarse cuando las ramas del hombre árbol la abrazan hasta inventar un nuevo color para el oxígeno.
Una historia de besos y de copas, de lunares dejados a la luz hasta secarse, de costillas que vuelven a nacer tras una fractura de rutina.
No tiene por qué ser para siempre.