El drama del holocausto, de los holocaustos o de la misma muerte, provoca las más profundas sensaciones a quien encarna imaginariamente la pérdida de la vida. Ante ello, ningún lector, con un mínimo de sensibilidad, podría permanecer indiferente a alguien que en su escrito refleja una tragedia de tal magnitud. A través de estos versos, Marcelo Pavón Suárez se sitúa en el profundo drama de un momento y lugar específicos. Con un estilo que evidencia no solo una gran capacidad de comprensión del sentir del hombre, sino un hábil empleo de las palabras a las que ubica en el justo lugar, se permite transmitir el terrible dolor del holocausto judío. Su labor posee variadas facetas que podrían analizarse cada una en forma individual: los sentimientos, el hecho histórico, la descripción de los espacios, la arquitectura del relato y el ritmo impuesto a la lectura, entre otras. Todas, en su conjunto conforman un trabajo complejo, estéticamente bello y, a la vez, desgarrador. Quien se adentre en este trabajo podrá hacerse carne del aspecto más humano de un hecho que sigue conmoviendo a pesar de los años transcurridos desde que sucedió. Su recuerdo no pierde contundencia por la simple razón de que no fue ni el primero ni, desgraciadamente, será el último que sufra el hombre. La guerra, las persecuciones, los crímenes masivos estarán presentes y no desaparecerán mientras los pueblos y quienes los dirigen no aprendan cabalmente esa dura lección. Pues, en tanto el género humano no soslaye la ambición, el odio, la maldad, el fanatismo y muchos otros males de los que es víctima por su propia miopía, continuarán sucediéndose nuevos crímenes. El arte, como exteriorización de sentimientos, formador de conciencia y divulgador de saberes es una vía óptima para llegar al alma de los hombres. Y, así como hace casi cinco siglos, por dar un ejemplo, Peter Brueghel el Viejo señaló en su obra las calamidades aquí referidas, numerosos artistas intentaron lograr ese utópico cambio. El último invierno de Auschwitz es un claro recordatorio de ello, donde el autor toma esa posta de manera vívida e incisiva a la vez. Gustavo Robert Prof. de Historia y licenciado en Educación