Durante milenios, la humanidad y sus intelectuales han luchado por la investigación de la felicidad.
Para alcanzar la felicidad, es importante adoptar resoluciones positivas y progresar gradualmente.
Teniendo en cuenta que las personas están más inclinadas a perseguir objetivos tangibles que objetivos intangibles como la felicidad, Giordana Rivers estableció objetivos y criterios específicos y cuantificables que siguió rigurosamente durante todo el proyecto. Las ideas antes mencionadas actuaron como pautas universales que se siguieron en cada etapa del experimento que realizó.
Rivers era consciente de los factores que rápidamente deterioraron su estado de ánimo y se esforzó por evitarlos implementando sus resoluciones. Proporcionarse pautas como "¡Realice la tarea con prontitud!" Aspiraba a obtener emociones felices en muchas circunstancias. Se dio cuenta de que tenía una oportunidad fundamental para experimentar una mayor satisfacción, por ejemplo, completando rápidamente las tareas a medida que surgían (en lugar de posponer las cosas) y siendo auténtica consigo misma durante todo el proceso.
La persona ha experimentado múltiples epifanías con respecto a estos principios generales, que ha acumulado durante su vida. Posteriormente, se reiteró constantemente estos principios durante todas las fases de su proyecto, independientemente de su inclinación hacia un esfuerzo profesional o la búsqueda de la paz familiar.
Por ejemplo, expresiones como "La gente suele notar sus errores con menos frecuencia que tú", "No es necesario que sobresalgas en todas las habilidades" o "Tus acciones diarias son más importantes que las ocasionales" ayudaron a mantener la concentración. durante todo el proceso. momentos desafiantes y evitando perder de vista tu viaje hacia el placer.
Al final, Rivers llegó a la conclusión de que el progreso incremental y los ejemplos de alegría eran los verdaderos catalizadores para lograr la transformación deseada. Impulsada por el principio de transformar su propia vida sin alterarla, aspiraba a obtener el máximo placer en las circunstancias más ordinarias. En lugar de desconectarse de la sociedad y mudarse a la selva o desarraigar completamente su vida en busca de la felicidad, simplemente quería mejorar su vida actual, logrando un pequeño nivel de satisfacción y contentamiento.
Para alcanzar la felicidad, es importante adoptar resoluciones positivas y progresar gradualmente.
Teniendo en cuenta que las personas están más inclinadas a perseguir objetivos tangibles que objetivos intangibles como la felicidad, Giordana Rivers estableció objetivos y criterios específicos y cuantificables que siguió rigurosamente durante todo el proyecto. Las ideas antes mencionadas actuaron como pautas universales que se siguieron en cada etapa del experimento que realizó.
Rivers era consciente de los factores que rápidamente deterioraron su estado de ánimo y se esforzó por evitarlos implementando sus resoluciones. Proporcionarse pautas como "¡Realice la tarea con prontitud!" Aspiraba a obtener emociones felices en muchas circunstancias. Se dio cuenta de que tenía una oportunidad fundamental para experimentar una mayor satisfacción, por ejemplo, completando rápidamente las tareas a medida que surgían (en lugar de posponer las cosas) y siendo auténtica consigo misma durante todo el proceso.
La persona ha experimentado múltiples epifanías con respecto a estos principios generales, que ha acumulado durante su vida. Posteriormente, se reiteró constantemente estos principios durante todas las fases de su proyecto, independientemente de su inclinación hacia un esfuerzo profesional o la búsqueda de la paz familiar.
Por ejemplo, expresiones como "La gente suele notar sus errores con menos frecuencia que tú", "No es necesario que sobresalgas en todas las habilidades" o "Tus acciones diarias son más importantes que las ocasionales" ayudaron a mantener la concentración. durante todo el proceso. momentos desafiantes y evitando perder de vista tu viaje hacia el placer.
Al final, Rivers llegó a la conclusión de que el progreso incremental y los ejemplos de alegría eran los verdaderos catalizadores para lograr la transformación deseada. Impulsada por el principio de transformar su propia vida sin alterarla, aspiraba a obtener el máximo placer en las circunstancias más ordinarias. En lugar de desconectarse de la sociedad y mudarse a la selva o desarraigar completamente su vida en busca de la felicidad, simplemente quería mejorar su vida actual, logrando un pequeño nivel de satisfacción y contentamiento.
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