Es el año 935 después de Cristo y el Norte es un laberinto. El rey Harald Fairhair ha muerto, dejando el trono de su reino a su hijo asesino, Erik Hacha Sangrienta.
Para consolidar su petición, Erik dispone rudamente de todos los pretendientes a su trone, salvo uno: su hermano pequeño Hakon. Los enemigos de Erik que sobreviven envían un barco a Wessez, donde el rey cristiano Athelstan está educando a Hakon.
Incapaz de evitar su destino, él vuelve al Norte vikingo para enfrentarse a su hermano y reclamar su derecho de nacimiento, solo para descubrir que la victoria supondrá sacrificios más allá de sus pesadillas más salvajes.
Para consolidar su petición, Erik dispone rudamente de todos los pretendientes a su trone, salvo uno: su hermano pequeño Hakon. Los enemigos de Erik que sobreviven envían un barco a Wessez, donde el rey cristiano Athelstan está educando a Hakon.
Incapaz de evitar su destino, él vuelve al Norte vikingo para enfrentarse a su hermano y reclamar su derecho de nacimiento, solo para descubrir que la victoria supondrá sacrificios más allá de sus pesadillas más salvajes.