Sherlock Holmes y el doctor Watson se encuentran charlando una fría mañana de primavera, después del desayuno, y Holmes se lamenta de que los criminales han perdido audacia y originalidad. Dice literalmente: "En cuanto a mi pequeño consultorio, parece que está degenerando en una agencia de recuperación de lápices perdidos y de consejos a jovencitas de internados escolares. Creo que, al fin, he tocado fondo". Holmes muestra a Watson una carta que le envía una tal señorita Hunter en la que pide que le aconseje si debe aceptar un empleo de niñera. Watson intenta consolarle diciéndole que las cosas muchas veces no son lo que parecen, y en ese momento anuncian a la señorita Violet Hunter. Contra todo pronóstico, la joven le gusta a Holmes, ya que detesta los fingimientos y le agrada la gente clara y decidida. Acepta el caso, y así se inicia El misterio de Copper Beeches.