Este cuento comienza en una fiesta a la cual asiste un jóven llamado Delessov con sus compañeros. Él es tranquilo y comienza a aburrirse de la fiesta cuando repentinamente entra un hombre con harapos, sucio y de muy mal ver, pero con una mirada muy profunda. Alberto se llamaba el hombre que había entrado y era músico, pero no un músico cualquiera. Cuando tocaba el violin se tranformaba completamente, era como si fuese otro hombre. Un hombre que solo vive para la música y lo demuestra, así era Alberto, entregado a lo que tanto amaba y viviendo cómo podía. Delessov, al escuchar al músico tocando se le vino a la mente la idea de ser su protector y lo llevó a su casa para cuidar de él