Al principio del relato el Dr. Watson reflexiona sobre la personalidad de Holmes: "Su espíritu misántropo y burlón aborrecía todo lo que fueran aplausos populares." Holmes está retirado y no le place en absoluto que Watson siga dando publicidad a sus hazañas. Pero un día el doctor recibe un telegrama de Holmes "¿Por qué no les relata el horrible caso de Cornualles, que es el más extraordinario de cuantos he manejado?" En un voluntario retiro, Holmes debía rememorar de vez en cuando los sucesos pasados, y hasta a los más modestos les cuesta resistirse al aplauso cuando se ha gozado de él tan generosamente. Una vez más, Watson obedece y, como dice él mismo, "antes que otro telegrama pueda venir a cancelar el anterior", se apresura a dar forma a las notas tan celosamente guardadas