Mozart había despertado en él sentimientos que Junior había despertado antes, sin que él lo supiera.
Romero sabía que lo que le había atraído a Junior era el mismo sentimiento que ahora le atraía a Mozart. No era ni pasión ni deseo. Ni curiosidad ni perversidad. Era por instinto. Solo el instinto. Por una razón que Romero no podía explicar, se sentía tan atraído por los chicos como por cualquier chica.
Dieser Download kann aus rechtlichen Gründen nur mit Rechnungsadresse in A, D ausgeliefert werden.