Niebla, páramos, un perro maldito con fuego infernal en los ojos, una muerte incomprensible: el escenario perfecto para Sherlock Holmes y el siempre presente Watson. Una novela que mantiene al lector prisionero en un espacio narrativo a medio camino entre la novela policíaca y el terror. La muerte en cuestión es la de Sir Charles Baskerville, el último ocupante de Baskerville Hall: ¿será cierta la leyenda que habla de un sabueso del inframundo, un sabueso demoníaco que acecha a la familia Baskerville? Un mecanismo de relojería perfecto, un auténtico manual de investigación. Y, por último, el manifiesto de la lógica acerada del detective más famoso de la literatura universal.