- Esta edición es única;
- La traducción es completamente original y se realizó para el Ale. Mar. SAS;
- Todos los derechos reservados.
¿Enfermedad? Es el desequilibrio oscilante de las células, que proviene de causas externas. Y, en particular, la lucha de la radiación microbiana contra la radiación celular. Porque el microbio, un ser unicelular, actúa igualmente por su propia radiación. Si la radiación microbiana triunfa, es la enfermedad y, al final de la resistencia vital, la muerte. Si la radiación celular la supera, es la vuelta a la salud.
El interés de mi teoría parece tanto más real cuanto más se confirma por los recientes experimentos que, con la curación de las plantas cancerosas, parecen abrir el camino a una nueva terapia para el cáncer, esta terrible enfermedad que se ha intentado combatir en vano. Las aplicaciones de mi teoría, que permiten devolver a las células toda la actividad vital de su radiación, darán, en mi opinión, un tratamiento específico del cáncer, en particular, y de las enfermedades debidas a la vejez en general. En este momento no se puede establecer ningún límite por adelantado a estos notables avances que mi teoría nos permite considerar. Espero que el futuro me dé la razón.
Aparte de estas aplicaciones prácticas inmediatas, mi teoría permite explicar, gracias a la función de la radiación penetrante, el proceso del origen de la vida, la diferenciación de las células y de las especies vivas, el problema de la herencia, en una palabra, todos los graves problemas que constituyen en conjunto la ciencia biológica.
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¿Enfermedad? Es el desequilibrio oscilante de las células, que proviene de causas externas. Y, en particular, la lucha de la radiación microbiana contra la radiación celular. Porque el microbio, un ser unicelular, actúa igualmente por su propia radiación. Si la radiación microbiana triunfa, es la enfermedad y, al final de la resistencia vital, la muerte. Si la radiación celular la supera, es la vuelta a la salud.
El interés de mi teoría parece tanto más real cuanto más se confirma por los recientes experimentos que, con la curación de las plantas cancerosas, parecen abrir el camino a una nueva terapia para el cáncer, esta terrible enfermedad que se ha intentado combatir en vano. Las aplicaciones de mi teoría, que permiten devolver a las células toda la actividad vital de su radiación, darán, en mi opinión, un tratamiento específico del cáncer, en particular, y de las enfermedades debidas a la vejez en general. En este momento no se puede establecer ningún límite por adelantado a estos notables avances que mi teoría nos permite considerar. Espero que el futuro me dé la razón.
Aparte de estas aplicaciones prácticas inmediatas, mi teoría permite explicar, gracias a la función de la radiación penetrante, el proceso del origen de la vida, la diferenciación de las células y de las especies vivas, el problema de la herencia, en una palabra, todos los graves problemas que constituyen en conjunto la ciencia biológica.