El señorito Octavio, primera novela de Palacio Valdés, se inicia en la pequeña aldea asturiana de Vegalora, y es la triste historia de un adulterio que termina en tragedia. Pese a estar en exceso influenciada por la literatura folletinesca, la obra ya contiene algunos elementos que el autor desarrollaría en sus mejores trabajos: las descripciones de la vida de pequeños pueblos, las evocaciones humorísticas de las tertulias y las excentricidades de sus habitantes, la admiración del narrador por las jóvenes bellas y maliciosas o las insinuaciones a un universo del inconsciente.