Rogelio Riverón se cita nuevamente con el lector cubano mediante esta novela impredecible y corrosiva, que se aparta de los esquemas al tratar literariamente las circunstancias de su país con una mirada que se propone alzarse por encima de lo local. El tigre y la mansedumbre parece describir el viaje de un hijo hacia su padre, en una cárcel en el otro extremo de la isla, pero enseguida ese predecible encadenamiento de todo road movie se verá tronchado por una sobrecogedora parábola sobre lo probable y lo improbable de la realidad. En efecto, tan audaz como hábil narrador, el novelista cubano Rogelio Riverón juega con la hipótesis de que el miedo en algunos seres es algo tan impetuoso que los hace escapar, incluso a través del tiempo. Así, el joven peregrino habanero se verá acompañado por una prófuga de la revolución húngara de 1919, en una asombrosa pesquisa que engloba subjetividad histórica, superstición, cine, locura y una perseverancia de atisbos líricos, rasgo del estilo de uno de los novelistas más visibles de su generación. (LEONARDO PADURA FUENTES)