Los poemas del libro El unicornio y el delirio son, realmente, poemas de mi adolescencia, ya que su escritura comenzó –si mal no recuerdo– alrededor de 2007 y concluyó en 2011. En el título hay una referencia a los seis tapices flamencos reunidos bajo el título "La dama y el unicorniο", especialmente al sexto tapiz, al que acompañan las palabras "À mon seul désir", es decir, "A mi único deseo". Veo cada libro mío –tanto los que han sido publicados por el momento como los que serán publicados en el futuro– como un registro de la época en la que están escritos, como una grabación de cada período de mi vida. Este libro difiere un poco de ello, porque la edad a la que lo escribí no me permitió ni siquiera darme cuenta de mi obsesión con la totalidad. Pero puedo ver en estos poemas todo lo que estaba en mi mente en ese momento: el despertar de mi identidad política, mi atracción por el lado oscuro de las cosas (la muerte y el mal) y mi profunda curiosidad por los cuentos de hadas, mitos, leyendas y su significado habitualmente terrible. Esto es algo que percibí especialmente en mí misma mientras escribía lo que venía después de El unicornio y el delirio: en todo hay un significado oculto y terrible, como en la vida misma; en todas partes existe el horror. Así que tal vez este libro, que fue el primer libro, no fuese más que una confesión de la mayor exigencia que tengo al escribir poemas: entonar un canto al infierno.