A medio camino entre el Eduardo Mendoza más desatado y el Vázquez-Montalbán más contundente, El viejo notario nos presenta una trama criminal donde el absurdo se da la mano con el crimen, donde los peores delitos se cometen en los despachos del poder y donde un hombre sencillo se enfrentará a las alcantarillas de nuestra sociedad armado solo con un código civil y su férrea creencia en las instituciones del estado. Un libro notable con una trama que atrapa desde el primer párrafo.-