La prisioneraQuinto volumen de En busca del tiempo perdido, en el que el narrador se detiene en el amor convertido en obsesión, en la naturaleza de los celos y del sufrimiento amoroso. Albertina, segundo gran amor del protagonista, es un ser de rostro siempre cambiante, lleno de encanto y seducción, pero fuente inagotabel de incógnitas.Albertine y Marcel se han instalado en París. Viven en un piso con su fiel criada Francisca y otros miembros de la servidumbre de los que solo conocemos al chofer y el portero de la finca, Jupen, personajes secundarios envueltos en una trama difícil de clarificar porque realmente en la novela no hay un hilo narrativo claro, todo pasa en la mente del escritor, sus recuerdos, comentarios y disquisiciones y sobre todo la preocupación máxima sobre Albertine a la que dice que ya no ama, pero que no puede vivir sin ella, y lo que mas le ata a ella son los celos y las sospechas, reales o ficticias de su lesbianismo y que le engaña con otras mujeres, Ya sea Lea la actriz, Andrea la amiga, la señorita de Vinteuil.