En el lado oscuro del ombligo es una obra dividida en dos partes. En la primera nos narra, utilizando como género literario el diario personal, una historia de amor. O de horror. Hay fantasmas que no solo matan de miedo, sino que también matan de amor. ¿Quién es la pareja que lo atormenta noche tras noche? ¿El amor de su vida convertido en fantasma; una difunta que regresa para atormentarlo; un súcubo lujurioso; solo pesadillas húmedas? Los textos son dolorosos, sensuales, provocativos y, al mismo tiempo, el único remedio que lo protege de la muerte o la locura. La segunda parte del libro, «La Continuidad de los fantasmas», son historias de su anecdotario personal, algunas biográficas y otras no menos imposibles, en donde deambulan, sin pudor ni recato, demonios y fantasmas. Y no obstante, cohabitar entre endriagos y encantadores en En el lado oscuro del ombligo no es lúgubre ni pesimista. Al contrario, junto al dolor también hay amor. Amor por las sombras, amor por sus demonios, conciliación con los infiernos. Dolor por vivir, amor por morir. No todos los amores merecen ser vividos; no todos los dolores merecen ser sufridos. Solo son admirables aquellos que nos permiten seguir a pie.