La Biblia es un libro increíble lleno de historias asombrosas. Está dirigido a adultos, por lo que es nuestra tarea como padres enseñar a nuestros hijos los caminos de Dios, presentando la Palabra de Dios de manera adecuada. Es por eso que elegí escribir este libro con la valiosa ayuda de mi hijo menor, Costantino. Él me ayudó a entender cómo debía presentarse el tema a una mente joven. Su contribución fue tan vital que su nombre tuvo que estar en la portada junto al mío.