Conforman esta obra siete capítulos, dos máximas y una personal reflexión acerca de nuestra breve estadía en este planeta en frágil equilibrio. Ciertos indicios geográficos y culturales, nos sitúan en el acontecer de estas historias. Podrían suceder en recónditos lugares del Brasil, en los milenarios monasterios desperdigados en la eterna y lejana Birmania, en las grises calles de la industrial Liverpool o explícitamente, en las extensas costas de acantilados de Puerto Madryn, Provincia de Chubut, Argentina. El encuentro (¿destino?), la acción (¡el arte!) de soltar lo que ya no es necesario en nuestras vidas, la flexibilidad ante los cambios repentinos, el confiar en las nuevas posibles direcciones del acontecer de nuestro transitar por estas vías de la experiencia (de "ser humano"), la conexión con la perfección a través de la mirada de un otro ser (una loba en busca de sus lobeznos), o a través de los profundos sonidos de las ballenas ("ellas saben de mí, lo saben todo"). Estos relatos encierran algo de todo esto y resuenan en lo primigenio. Cuentos breves que "nada tienen que ver con libros de autoayuda. Son historias, miradas y sentires con deseos de ser compartidos", dice la autora.