Una Cátedra de Proyectos puede organizarse de múltiples maneras. Es conocida la condición impuesta por Rem Koolhaas para impartir un taller en Harvard: no tener ninguna relación con el proyecto. Interesado solamente en la investigación, era lo único que quería compartir con los alumnos. El experimento se reveló controvertido y finalmente desapareció. No es así como hemos planteado nuestra docencia. Por resumir, respetamos el viejo dictum, fundado en una sabia experiencia, de que a proyectar se aprende proyectando y reflexionando al tiempo sobre el proyecto. En nuestra Unidad Docente consideramos la enseñanza del proyecto como una ocasión excepcional para estructurar, alrededor de las clases, la Reflexión teórica y el pensamiento crítico. Y fomentamos, además, el esfuerzo de poner ambos por escrito. La arquitectura es muchas cosas, y entre otras, cultura. Es decir, un fenómeno intelectual. Por eso podemos afirmar que una arquitectura no intelectual revela un intelecto no arquitectónico. Los profesores de nuestra Unidad Docente, y todos los que colaboran de diferentes maneras en la labor formativa que imparte la Cátedra, (mentores, ayudantes, tesinandos, becarios…) se comprometen, además, a reflexionar sobre las actividades extracurriculares, como conferencias, viajes, visitas a estudios profesionales, presentaciones de libros o tertulias con estudiantes. Muchos de los escritos que siguen nacieron de estas circunstancias. Su lectura justifica la pertinencia de nuestra opción. Con textos de Vidal Abascal Castañón, Luis Basabe Montalbo, Joan Ramon Cornellana Díaz, Juan Cueto Puertas, Ana Espinosa García-Valdecasas, Teresa Fortea Navarro, Pablo Gómez Ruíz, Pablo Jesús Gutiérrez Calderón, José Ángel Hidalgo, Laura Martín-Escanciano, Miguel Martín-Escanciano, Álvaro Moreno Hernández, José Ángel Nieto García, Gonzalo Ortega Barnuevo, José Antonio Ramos Abengozar, Pablo Ramos y José Manuel Sanz.