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Colgaron a un elefante en Tennessee por matar a un pelirrojo. Le marcaron la jeta a Capone. Jack destripó a una ramera. Paco el Muelas le vendió a un primo un tranvía. Asaetaron a san Sebastián. Mataron al Jaro, que solo tenía un cojón. Al general Galtieri le salió corta la meada. Le hicieron un cuplé a un legionario. William Burroughs le voló la cabeza a su mujer. Norman Mailer acuchilló a la suya. Le dieron lo suyo a Rodney King; le zurraron los pasmas durante ochenta segundos y se volvió loca la jungla. El Lobo Feroz servía de garrafón. El Bizco del Borge miraba torcido y disparaba derecho.…mehr
Colgaron a un elefante en Tennessee por matar a un pelirrojo. Le marcaron la jeta a Capone. Jack destripó a una ramera. Paco el Muelas le vendió a un primo un tranvía. Asaetaron a san Sebastián. Mataron al Jaro, que solo tenía un cojón. Al general Galtieri le salió corta la meada. Le hicieron un cuplé a un legionario. William Burroughs le voló la cabeza a su mujer. Norman Mailer acuchilló a la suya. Le dieron lo suyo a Rodney King; le zurraron los pasmas durante ochenta segundos y se volvió loca la jungla. El Lobo Feroz servía de garrafón. El Bizco del Borge miraba torcido y disparaba derecho. Lincharon a dos desgraciados en San José y se forraron los tasqueros. Se cargaron al Ringo en un burdel de Nevada; andaba guapeando a una coja. Perpetuaron el revés de Billy el Niño. En la calle de la Princesa vivía una vieja marquesa. La Dulce Neus enseñó las peras en el Interviú. El general Millán Astray era desmontable. Estamparon camisetas con la cara del caníbal y les pusimos nombres a los monstruos. Siguiendo los pasos de aquellos ciegos que contaban crímenes en las plazas de pueblos y ciudades, pero con los ojos más abiertos y con mucha más documentación, Martín olmos nos narra con detalle crímenes y criminales, conformando con esta galería todo un compendio del mal en estado puro.
Martín Olmos (Bilbao, 1966) obtuvo con su primer libro, Escrito en negro (Pepitas, 2014) el Premio Café Bretón-Bodegas Olarra, el Rodolfo Walsh de la Semana Negra de Gijón y el Premio Euskadi de Literatura y cuando se iba a comprar un piano para poner encima los galardones y lucirlos, quizá pretenciosamente, ante las visitas, le pusieron de patitas en la calle del periódico donde publicaba por escribir un artículo, de actualidad rigurosa, sobre el rey Alfonso XIII. Martín Olmos disfrutó escasamente día y medio de una importancia que no tenía y de cierto aire de autor maldito y rápidamente regresó a la irrelevancia. La circunstancia, no obstante, adorna su biografía a falta de otros imponderables.
Inhaltsangabe
El hombre al que le seguían los gansos Dos chavales que no eran del montón, un calvo, una foto del revés y la importancia de mantenerse relativamente sobrio cuando se tira al blanco: Los asesinos diletantes El asesino pelón El pistolero diestro Un fallo lo tiene cualquiera Dos marcaos, un bizco, varios cojos y un general sin piezas: Cicatrices (Scars) El hombre más peligroso de Europa La mirada oblicua A la pata coja El general recompuesto Una samba, un corrido, un cuplé, dos tangos y un poco de jazz: La samba de María Bonita Corrido del Chalequero El novio de la muerte El tango del Ringo El tango del generalón y la mujer de las bragas de hierro Jazz gris El jabonoso, la rubia (en un país de pardas), el jaro (monotesticular), el muelas, el vaquero y la dulce: Las aventuras de Smith el Jabonoso La rubia alegre Deprisa, deprisa De lilas, golfos y tranvías La hoz, el martillo y el sheriff de Río Bravo La Magnani que no pudo ser Morir por dios o por el fútbol, lo que viene a ser lo mismo, y matar por un acordeón y por oficio: Los mártires de Cristo Golazos del 38 Cuando un tonto quiere un acordeón El oficio del Corujo Navajas y elefantes, caníbales y marquesas, lobos y caperucitas y un dictador de verbena: La espada del barrio Un elefante se balanceaba... Tragicomedia caníbal «En la calle de la Princesa...» Bar de mala muerte El dictador macarra Una riña conyugal, un héroe de la judería y el boxeador que no volaba: La violencia inherente de Norman Mailer El día que Liviu Librescu dejó de correr Más dura será la caída (desde un décimo piso) El hombre que se olvidó de su sombra, el crimen de la calle fuencarral y un par de maneras de administrar la ley: Don Eleuterio (que no quiere ser el Lute) Diez mil duros Carnaval americano Las reglas de la chusma
El hombre al que le seguían los gansos Dos chavales que no eran del montón, un calvo, una foto del revés y la importancia de mantenerse relativamente sobrio cuando se tira al blanco: Los asesinos diletantes El asesino pelón El pistolero diestro Un fallo lo tiene cualquiera Dos marcaos, un bizco, varios cojos y un general sin piezas: Cicatrices (Scars) El hombre más peligroso de Europa La mirada oblicua A la pata coja El general recompuesto Una samba, un corrido, un cuplé, dos tangos y un poco de jazz: La samba de María Bonita Corrido del Chalequero El novio de la muerte El tango del Ringo El tango del generalón y la mujer de las bragas de hierro Jazz gris El jabonoso, la rubia (en un país de pardas), el jaro (monotesticular), el muelas, el vaquero y la dulce: Las aventuras de Smith el Jabonoso La rubia alegre Deprisa, deprisa De lilas, golfos y tranvías La hoz, el martillo y el sheriff de Río Bravo La Magnani que no pudo ser Morir por dios o por el fútbol, lo que viene a ser lo mismo, y matar por un acordeón y por oficio: Los mártires de Cristo Golazos del 38 Cuando un tonto quiere un acordeón El oficio del Corujo Navajas y elefantes, caníbales y marquesas, lobos y caperucitas y un dictador de verbena: La espada del barrio Un elefante se balanceaba... Tragicomedia caníbal «En la calle de la Princesa...» Bar de mala muerte El dictador macarra Una riña conyugal, un héroe de la judería y el boxeador que no volaba: La violencia inherente de Norman Mailer El día que Liviu Librescu dejó de correr Más dura será la caída (desde un décimo piso) El hombre que se olvidó de su sombra, el crimen de la calle fuencarral y un par de maneras de administrar la ley: Don Eleuterio (que no quiere ser el Lute) Diez mil duros Carnaval americano Las reglas de la chusma
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