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Por primera vez se traduce al español el libro Sketches a wheel in Modern Iberia, fruto del viaje en bicicleta por algunas provincias españolas de Fanny Bullock Workman y su esposo, William Hunter Workman, en la primavera y el verano de 1895, en plena época victoriana, cuando las mujeres estaban condenadas al ostracismo. No fue el caso de Fanny Workman que hizo siempre lo que quiso, viajó y escaló cumbres, sus dos grandes pasiones. Fanny describió España como un país "rústico, pintoresco y encantador" y quedó deslumbrada por la belleza de las mujeres: "Cuando la procesión pasó, deseamos a…mehr

Produktbeschreibung
Por primera vez se traduce al español el libro Sketches a wheel in Modern Iberia, fruto del viaje en bicicleta por algunas provincias españolas de Fanny Bullock Workman y su esposo, William Hunter Workman, en la primavera y el verano de 1895, en plena época victoriana, cuando las mujeres estaban condenadas al ostracismo. No fue el caso de Fanny Workman que hizo siempre lo que quiso, viajó y escaló cumbres, sus dos grandes pasiones. Fanny describió España como un país "rústico, pintoresco y encantador" y quedó deslumbrada por la belleza de las mujeres: "Cuando la procesión pasó, deseamos a nuestra anfitriona las buenas noches, alabando lo que habíamos visto y agradeciendo sus atenciones. Estábamos en el proceso de aprender a ser españoles, en la observancia de las cosas agradables de la vida. Ella se mostró satisfecha con nuestro interés y movió sus ojos oscuros con cierto toque de éxtasis bajo aquella mantilla negra". El tipismo de Andalucía y de las posadas donde se alojaron también la cautivó: "En la fonda de Sevilla, la camarera nos trajo algunos hermosos claveles, y el mozo colocó unas rosas junto a nuestros platos en la cena, que se sirvió en un comedor abierto a un patio de mármol con una fuente de caños en el centro. La cena, consistente en sopa casera, pescado delicado, aves, o batatas, y naranjas, resultó sencillamente excelente". Fanny quedó sorprendida por la amabilidad de las gentes. No deja de mencionarlo en el libro que escribió: "Después de la misa del Corpus Christi en Toledo, toda la gente permanecía en las calles y llenando las ventanas y balcones para presenciar la procesión. La policía a caballo, cabalgaba intentando hacer espacio entre la multitud, pero tratando a todos con gentileza que rara vez muestran los agentes en la mayoría de los países. Lo mismo comprobamos en ciudades como Madrid, así como la cortesía de todas las clases de personas hacia los demás, algo que resulta sorprendente cuando uno piensa en el sangriento espectáculo de los toros en la arena con el que tanto se deleitan aquí".
Autorenporträt
Se afirma que Fanny Bullock Workman fue la primera mujer estadounidense invitada a dar una conferencia en la Sorbona de París y la segunda en hacerlo en la Royal Geographical Society (la primera había sido Isabela Bird). Este último dato lo dice todo, pues pasar el riguroso filtro de la Institución que había encarnado el "Gran Inquisidor" de las viajeras durante el siglo XIX, da cuenta de los logros de esta aventurera y deportista americana. Siempre al límite de su resistencia, al filo de lo imposible, jamás incluyó la palabra mediocridad en el diccionario de su vida. Asombró al mundo pedaleando por los desiertos y proclamó su apoyo al sufragio universal a más de 6000 metros de altura, exhibiendo una pancarta cuyas cuatro palabras: —"voto para la mujer"—, resumían su concepto de la vida, porque participar para ella fue sinónimo de sentirse viva. Lo suyo fue competir, rivalizar, llegar siempre más lejos, más alto, sin perder con ello la toma de tierra con las cosas importantes de la vida; por ello halló la forma de compartir su faceta de madre y esposa con sus dos grandes pasiones: las cumbres y los viajes. Deportista y amante de la bicicleta y la escalada, logró coronar algunas cumbres de los Himalayas y explorar el Karakorum. Después de recorrer Argelia a golpe de pedal en 1895, se perdió con su bicicleta por algunas provincias españolas (cerca de 5000 kilómetros realizados entre la primavera y verano de 1897) causando gran revuelo entre los periodistas que salían a su encuentro para entrevistar a esta dama de aspecto sufragista, ataviada en impecable falda larga y gorrito que con cada pedaleo hacía tintinear su hervidor de té colgado del manillar. Publicamos, por primera vez traducido al español, el libro que recoge esta última experiencia, todo un manifiesto de aventura victoriana.