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Eliseo Reclus nos presenta en estas páginas cómo la gran evolución del mundo es la vida y en ella está la clave. Nos muestra cómo la revolución es evolución y esta, para serlo verdaderamente, necesita de la revolución. Fue un destacado geógrafo y anarquista, gran caminante, escritor y luchador. Sus textos e investigaciones inspiraron a varios intelectuales, entre ellos a su amigo Julio Verne; el novelista, que apenas se movió de Francia, utilizó asiduamente los estudios de Eliseo para imaginar y crear los fantásticos escenarios de sus historias y aventuras. Reclus recorrió el mundo recogiendo…mehr

Produktbeschreibung
Eliseo Reclus nos presenta en estas páginas cómo la gran evolución del mundo es la vida y en ella está la clave. Nos muestra cómo la revolución es evolución y esta, para serlo verdaderamente, necesita de la revolución. Fue un destacado geógrafo y anarquista, gran caminante, escritor y luchador. Sus textos e investigaciones inspiraron a varios intelectuales, entre ellos a su amigo Julio Verne; el novelista, que apenas se movió de Francia, utilizó asiduamente los estudios de Eliseo para imaginar y crear los fantásticos escenarios de sus historias y aventuras. Reclus recorrió el mundo recogiendo datos para sus obras. En 1893, hizo su último gran viaje por Brasil, Uruguay, Argentina y Chile. En Montevideo, ante su muerte en 1905, se realizó un homenaje en el que participaron José E. Peyrot, Emilio Frugoni y Ángel Falco, entre otros. El autor culmina este pequeño libro, escrito en 1897, diciendo: "Llegará un día en que la evolución y la revolución se sucederán inmediatamente, del deseo al hecho, de la idea a la realización; todo se confundirá en un mismo fenómeno. Así es como funciona la vida".
Autorenporträt
Geógrafo y anarquista nacido en Francia el 15 de marzo de 1830. Tuvo una destacada participación en la Comuna de París, lo que determinó su exilio en Suiza. En 1894 se trasladó a Thourout, Bélgica. Allí dictó clases en la Universidad Nueva de Bruselas y promovió un instituto de geografía. Murió el 4 de julio de 1905. Trágicamente, 18 años después de su muerte, gran parte de su archivo personal fue destruido por un terrible terremoto ocurrido en Tokio, previo a la apertura de otro instituto de geografía que se abriría en su homenaje.