Que la vida y el pensamiento del filósofo estadounidense John Dewey (1859-1952) sigan hoy sorprendiendo no es extraño en un momento en que los intelectuales han renunciado a sus tareas públicas y educativas. John Dewey fue un pensador que no conoció barreras entre disciplinas, abarcando problemas de psicología y educación, de ciencia y tecnología, de ética y política, de historia, arte y religión. Pocas filosofías asumieron los cambios técnicos, culturales y políticos del siglo XX como la suya, y pocas han mandado tantos mensajes a épocas futuras. Hundía sus raíces en la tradición filosófica europea, pero asumía la revolución de Darwin y de las ciencias experimentales. Heredaba los valores de la Ilustración, pero los desarrollaba en un sustrato democrático títpicamente estadounidense. Aunque después de la Segunda Guerra Mundial las filosofías en auge fueron otras, su pensamiento se recuperará a partir de los años setenta, coincidiendo con la crisis de la filosofía analítica y el resurgir de la filosofía política. Este conjunto de trabajos de Richard Bernstein, nunca hasta ahora reunidos, proporciona una introducción, clara y accesible, al conjunto de la obra de Dewey. Sólo una figura de la talla de Bernstein, interlocutor y crítico de otros pensadores tan señalados como Habermas, Gadamer o Rorty, podía devolver a los lectores un Dewey como el de este libro, un Dewey de múltiples caras, pero cuya reconstrucción del ethos democrático constituyó uno de sus retos más importantes.