"Ave Caesar! Morituri te salutant!" Durante casi setecientos años, los habitantes del Imperio Romano gozaron de los más diversos espectáculos de masas que podamos concebir: teatro, cacerías de animales salvajes, atletismo, carreras de cuadrigas, luchas y un largo etcétera. No obstante, fueron las feroces luchas de gladiadores las que levantaron las mayores pasiones y lo que ha permanecido en el imaginario colectivo como sinónimo de espectáculo en la antigua Roma. Parejas de hombres luchando con espadas, redes, tridentes y escudos en la arena de los anfiteatros hasta caer derrotados o eliminar a sus adversarios. Pese a la fascinación que despierta este mundo, a menudo se ha tratado de recordar con mayor ímpetu anécdotas o detalles de dudosa veracidad y de escaso rigor histórico: no está demostrado que el emperador tuviera que bajar o elevar el pulgar para señalar su veredicto ni que el grito «Ave Caesar! Morituri te salutant!» (¡Ave César! ¡Los que van a morir te saludan!) se empleara antes de cada velada, si bien todo tiene su parte de verdad. Un libro en el que se indaga sobre esta práctica que durante decenios fue el culmen de los espectáculos en la antigua Roma. Lectura recomendada para curiosos sobre los entresijos de la historia, y especialmente aquellos que disfruten con los sangrientos detalles de uno de los grandes imperios de nuestra historia, el Imperio Romano.