El Cuerpo de Patricios aparece como el corazón de la alianza revolucionaria y la dirección del partido de la revolución. Es la organización más numerosa, la que ejerce las principales acciones desde 1808 y ostenta una intervención decisiva en los sucesos de enero de 1809 y mayo de 1810. Las milicias no son organizaciones armadas al servicio del Estado, ni árbitros de las disputas, sino organizaciones políticas que se enfrentan por la conducción de la sociedad. El Cuerpo de Patricios es un partido político. La dirección de la organización está compuesta, en su mayoría, por una burguesía agraria en desarrollo. Esta burguesía no actúa sola, sino que debe trazar una serie de alianzas con diferentes clases, actuando como fuerza social. Esa fuerza social se da una se da una estrategia revolucionaria. El desarrollo de los combates lleva al cuerpo a oponerse a la legalidad colonial y a las autoridades enviadas desde la península, hasta llegar a su deposición y expulsión. Es decir, estamos ante un sujeto conciente. Sin embargo, la victoria de la insurrección de 1810 no hubiera sido posible si esa fuerza social no se hubiera constituido en partido, si ese conjunto de organizaciones y programas no hubiera coagulado en el predominio de uno de ellos, mediante la eliminación de sus rivales. El hecho de haberse constituido en partido a tiempo, antes de que la reacción se pudiera rearmar operó como factor determinante para la victoria.