Idilio en hexámetros compuesto en 1797, que en la traducción castellana se convierte en relato en prosa. En los años de la Revolución Francesa, la lucha franco-alemana genera millares de fugitivos. Son los desplazados que han «bebido largamente la copa amarga de este siglo». El matrimonio que regenta el mesón de un pueblo alemán se siente impulsado a socorrer caritativamente a esas pobres gentes que vagan enfermas, hambrientas y casi desnudas, y envía a su encuentro a su hijo Hermann con víveres y ropa de abrigo. Hermann es un muchacho lleno de nobles sentimientos, y al encontrar a la joven Dorotea necesitada de ayuda le entrega todo lo que lleva. Al volver a casa se da cuenta de que se ha enamorado perdidamente de ella, pero choca con el deseo de su padre —autoritario, ligado a las antiguas costumbres que aconsejan matrimonios ventajosos—, quien le echa en cara su escaso tacto para tratar con las mujeres y su nulo interés por encontrar una «novia opulenta». Hermann no cederá y, ayudado por su madre, saldrá en busca de la joven desconocida, cumpliendo así la normativa romántica —hecha de dificultades, amor platónico, equívocos y tumultuosas aperturas del alma.