Este libro reúne 15 estudios que problematizan, de maneras diferentes, con bibliografías a veces diversas y énfasis no siempre compatibles, los encuentros entre historia e inconsciente después de Sigmund Freud. Lo ensayan en la vecindad de tres formaciones discursivas y prácticas: el psicoanálisis, la historiografía y la filosofía. Los vínculos entre dichos campos no fueron ni son sencillos. Comparten cruces, contactos, citas y préstamos, pero a veces colisiones y frecuentemente equívocos. No buscamos conciliar las fricciones, ni avivar los antagonismos. Sí nos interesa desplegar las potencialidades de entrecruzamientos críticos. Quizá sea cierto, como lo sugirió alguna vez Clifford Geertz, que nos hallamos en una época de géneros confusos, en los que las disciplinas del saber se abrazan para componer figuras inéditas, incómodas para las cuadrículas universitarias e incluso para las propuestas interdisciplinarias. Hay que investigar hasta dónde esa descripción es convincente y hasta dónde, esta vez retomando un concepto de Immanuel Wallerstein, es preciso impensar o despensar categorías epistemológicas concebidas en el siglo XIX y sobrevivientes durante la centuria siguiente.