La guerra de Siria ha generado más de cuatro millones de refugiados registrados por ACNUR y la mayoría son menores de edad. Europa responde al instinto de huida de la guerra ignorando los principios de solidaridad y humanidad que la fundaron tras la Segunda Guerra Mundial, dando la espalda a la actuación de la ayuda humanitaria y convirtiendo el futuro de la infancia en estrategia política. Sólo interpretando y entendiendo la guerra se le podrá poner fin e iniciar la reconstrucción de una patria robada a millones de niños y niñas.