La península más grande del Adriático, Istria, forma un triángulo casi perfecto. Su territorio (2820 km²) pertenece principalmente a Croacia y, en menor medida, a Eslovenia e Italia. Unida al continente en el extremo noroeste de Croacia, se extiende desde el golfo de Trieste hasta el golfo de Kvarner. La Istria croata, en realidad, engloba dos mundos. Por un lado, la Istria Azul, que baña el Adriático a lo largo de más de 500 kilómetros, con sus pequeños puertos y encantadoras ciudades de tradición pesquera. Y, por el otro, la Istria Verde del interior, adornada de pueblos medievales y colinas de cipreses, viñedos y olivos que llegan a recordar el paisaje de la Toscana. La Istria eslovena, de apenas 47 kilómetros, tiene su capital en Koper. Mientras, Trieste sobresale entre las grandes ciudades de la Istria italiana. Aún quedan numerosas huellas del dominio que ejercieron infinidad de pueblos en el pasado, como el anfiteatro romano de Pula, iglesias bizantinas de la talla de la de Porec, pueblos fortificados por los venecianos como Groznjan, Motovun o el casco viejo de Rovinj, y elegantes villas austrohúngaras como las de la mundana Opatija. Todo ello se combina con espacios intactos para explorar a pie o en bici y una gastronomía de calidad muy influida por la vecina Italia.