El 9 de enero de 1993, Jean Claude Romand asesinó a su mujer, Florence Crolet, con un rodillo de amasar, y más tarde a sus hijos Caroline de 7 años y Antoine de 5 empleando un rifle de calibre 22.
Tras los crímenes, limpió la casa, salió a pasear y más tarde se dirigió a la casa de sus padres, Aimé y Anne Marie. Después de comer con ellos, los asesinó con el mismo rifle que había usado para matar a sus hijos.
Pasó la noche con su amante en París, regresó a su domicilio y le prendió fuego con él adentro: intentaba suicidarse, pero fue rescatado por los bomberos y consiguió salvar su vida. Los cuerpos de su familia se incineraron durante el incendio, pero los médicos forenses hallaron la evidencia de los crímenes cometidos en las autopsias. Fue juzgado y condenado por los asesinatos de su esposa Florence, sus hijos y sus padres. Además, por el intento de asesinato de su amante, Corinne Delalande y el incendio intencional de su casa.
A pesar de sus artimañas, el Tribunal de Justicia de Bourg-en-Bresse lo condenó a cadena perpetua, más una sentencia de seguridad de 22 años por homicidios, intento de asesinato, incendio premeditado y abuso de confianza. En 2019, obtuvo la libertad condicional, que cumple en una abadía del centro de Francia bajo vigilancia electrónica. Hecho que fue motivo de polémicas y discusiones.
En un intento de comprender los motivos de semejante crueldad, la biografía del asesino nos refiere que la primera ocupación que tuvo en su vida fue de bibliotecario en la cárcel, en 1996. Antes de esa fecha, engañó a todos sus familiares y conocidos diciendo que era médico e investigador en la OMS. Como buen mitómano, Romand recurrió a embustes y fraudes para financiar su vida y su estatus. Primero retiró dinero de las cuentas de sus padres y
vendió un piso. Más tarde, estafó a parientes y amigos con supuestas inversiones en Suiza. También, vendió pastillas eficaces contra el cáncer que, en realidad, eran placebos.
¿Cómo pudo un mitómano compulsivo llegar tan lejos? ¿Qué motivos le hicieron falsear la realidad y después matar con tanta crueldad a su propia familia?
Asesino, mitómano compulsivo y manipulador. Falseaba y manipulaba la realidad para transformar lo que le desagrada en algo más soportable. Los psiquiatras Daniel Settelen y Denis Toutenu describieron su personalidad como un "narcisista perverso".
Mente Criminal ayuda a sus lectores a ingresar al mundo de las investigaciones criminales y descubrir las historias reales detrás de los crímenes que conmocionaron al mundo. En sus libros, los lectores siguen paso a paso el trabajo de los detectives, descubren las pistas y resuelven el caso: ¿Cómo se cometieron los crímenes? ¿Por qué los perpetraron? Cada uno de sus libros profundiza en estas preguntas analizando los motivos detrás de los crímenes que hicieron que comunidades enteras vivieran atemorizadas: la verdadera historia detrás de los crímenes que nos hacen enfrentar el lado más oscuro de la naturaleza humana.
Tras los crímenes, limpió la casa, salió a pasear y más tarde se dirigió a la casa de sus padres, Aimé y Anne Marie. Después de comer con ellos, los asesinó con el mismo rifle que había usado para matar a sus hijos.
Pasó la noche con su amante en París, regresó a su domicilio y le prendió fuego con él adentro: intentaba suicidarse, pero fue rescatado por los bomberos y consiguió salvar su vida. Los cuerpos de su familia se incineraron durante el incendio, pero los médicos forenses hallaron la evidencia de los crímenes cometidos en las autopsias. Fue juzgado y condenado por los asesinatos de su esposa Florence, sus hijos y sus padres. Además, por el intento de asesinato de su amante, Corinne Delalande y el incendio intencional de su casa.
A pesar de sus artimañas, el Tribunal de Justicia de Bourg-en-Bresse lo condenó a cadena perpetua, más una sentencia de seguridad de 22 años por homicidios, intento de asesinato, incendio premeditado y abuso de confianza. En 2019, obtuvo la libertad condicional, que cumple en una abadía del centro de Francia bajo vigilancia electrónica. Hecho que fue motivo de polémicas y discusiones.
En un intento de comprender los motivos de semejante crueldad, la biografía del asesino nos refiere que la primera ocupación que tuvo en su vida fue de bibliotecario en la cárcel, en 1996. Antes de esa fecha, engañó a todos sus familiares y conocidos diciendo que era médico e investigador en la OMS. Como buen mitómano, Romand recurrió a embustes y fraudes para financiar su vida y su estatus. Primero retiró dinero de las cuentas de sus padres y
vendió un piso. Más tarde, estafó a parientes y amigos con supuestas inversiones en Suiza. También, vendió pastillas eficaces contra el cáncer que, en realidad, eran placebos.
¿Cómo pudo un mitómano compulsivo llegar tan lejos? ¿Qué motivos le hicieron falsear la realidad y después matar con tanta crueldad a su propia familia?
Asesino, mitómano compulsivo y manipulador. Falseaba y manipulaba la realidad para transformar lo que le desagrada en algo más soportable. Los psiquiatras Daniel Settelen y Denis Toutenu describieron su personalidad como un "narcisista perverso".
Mente Criminal ayuda a sus lectores a ingresar al mundo de las investigaciones criminales y descubrir las historias reales detrás de los crímenes que conmocionaron al mundo. En sus libros, los lectores siguen paso a paso el trabajo de los detectives, descubren las pistas y resuelven el caso: ¿Cómo se cometieron los crímenes? ¿Por qué los perpetraron? Cada uno de sus libros profundiza en estas preguntas analizando los motivos detrás de los crímenes que hicieron que comunidades enteras vivieran atemorizadas: la verdadera historia detrás de los crímenes que nos hacen enfrentar el lado más oscuro de la naturaleza humana.
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