Joan pasa el invierno entre las clases de la Academia Marqués, las lecciones de dibujo del señor Civil, y las exigencias de su padre, don Miquel, que tiene un taller de relojería cerca de la Plaça Reial de Barcelona. Don Miquel quiere que su hijo sea ingeniero, pero el niño tiene demasiados pájaros en su cabeza. Aquel verano, de visita a su abuela Josefa en Mallorca, Joan descubrirá que hay otros caminos posibles.